Hay una conexión profunda entre el equilibrio y el aprendizaje. Para que una persona esté receptiva a un aprendizaje más elevado, es esencial que todas sus facultades mentales estén disponibles: intuición, atención, memoria, razonamiento, percepción y concentración.
Asimismo, es necesario que pueda inhibir ciertas partes de su cuerpo, así como las informaciones externas, sus sensaciones y necesidades más profundas. El equilibrio es un sistema que se alimenta de datos visuales y mensajes internos del cuerpo.
Este sistema está compuesto por la función vestibular, la propiocepción y la visión. Se logra cuando se mantienen y controlan la postura, la posición y la actitud. Se trata de una contrarrestación entre la fuerza de gravedad y los músculos esqueléticos, una habilidad que se desarrolla progresivamente a través del sistema nervioso central y las leyes de maduración.
El equilibrio nos permite percibir el movimiento, identificar la orientación de la gravedad, determinar la dirección y velocidad del movimiento, y realizar ajustes posturales que garantizan la estabilidad.
“Siembro Equilibrio”
Busca una silla cómoda para sentarte y visualiza el espacio entre tus ojos, tus oídos, tus isquiones, tus rodillas y tus pies. Apoya los pies en el suelo y, lentamente, comienza a abrir los brazos desde el centro hacia los costados, formando una especie de «V». Junta esos brazos y ábrelos de nuevo, desde el centro hacia afuera. Notarás cómo se amplía suavemente el tórax al abrir los brazos, inhalando al abrir y exhalando al cerrar.
Repite esta acción una vez más.
Luego, deja tus brazos en reposo y realiza el mismo ejercicio con las piernas, como si flotaran. Desde el centro, ábrelas hacia los costados en forma de «V», junta las piernas hacia adelante y ábrelas nuevamente formando la letra «V». Observa tu respiración: inhala al abrir y exhala al cerrar.
Repite este movimiento otra vez.
Finalmente, coordina el ejercicio con ambos miembros, abriendo simultáneamente los brazos y las piernas en forma de «V» mientras inhalas, y cerrándolos al exhalar.
Termina con una respiración consciente: inhala profundamente… y exhala lentamente.