¿Cuántas veces los miedos nos han mantenido inmóviles? La incertidumbre, el latido acelerado del corazón y el suspiro profundo nos frenan. Pero el verdadero camino comienza con un solo paso. Cuando confiamos en el presente, el temor se desvanece.
Dentro de nosotros hay una fuerza poderosa que nos impulsa: el movimiento. A medida que nos desplegamos sobre la tierra, nos damos cuenta de que, en un abrir y cerrar de ojos, todo puede cambiar. Sin rigidez, nuestro cuerpo comienza a expandirse, a elevarse y a soltarse.
Ejercicio para aprender a Fluir:
Para conectar con esta sensación de fluir, acuéstate en el suelo y cierra los ojos. Siente cómo tu cuerpo descansa en la tierra.
Ahora, tensa suavemente tus brazos y piernas. Observa el tono muscular, la rigidez que habita en ti. Respira profundamente y suelta esa tensión. Inhala, siente el vacío, y exhala lentamente.
Comienza a mover tu cuerpo por el suelo, de un lado a otro. Suelta la verticalidad y siente cómo tu tono muscular se ablanda, se fragiliza y se expande.
Permítete experimentar el fluir. Permite que tu cuerpo se mueva libremente, como un río que sigue su curso, encontrando su propio camino. En este estado de liberación, descubrirás la verdadera aventura de estar presente.